Por Milton von Hesse
Los incendios forestales en Apurímac han puesto de relieve la ineficacia del Gobierno en la implementación de estrategias de reducción de riesgos de desastres y evidencian que la prevención no es una prioridad. A pesar de las señales de alerta, como la escasez de lluvias y las altas temperaturas, el Gobierno tardó en declarar el estado de emergencia, incluso ignorando datos satelitales que mostraban el aumento de focos de calor. Aunque el Perú ha sido reconocido por su normativa en gestión de riesgos, la reciente propuesta del ministro del Ambiente de crear nuevas leyes resulta innecesaria si no se mejora la gestión de las instituciones existentes y se atrae talento al sector público. Sin un compromiso efectivo, continuaremos enfrentando desastres en lugar de prevenirlos.
Lee aquí su columna publicada en El Tiempo (Piura):