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¿Amigos o rivales? Una movilidad sostenible

5 de junio de 2024

Por Daniela Santander y Martín Guembes

El sector transporte, después del sector eléctrico, es uno de los principales emisores de gases de efecto invernadero (GEI) a nivel mundial. Según estimaciones de Our World in Data (2019) [1] , el transporte representó alrededor del 17% de las emisiones mundiales de GEI. Ante esta situación, han surgido diversas soluciones para mitigar las emisiones del sector. Entre estas alternativas, destaca la electromovilidad, la cual implica la adopción de vehículos que funcionan a partir de energía eléctrica en lugar de combustibles fósiles.

A nivel mundial, la electromovilidad ha ganado terreno en los últimos años, siendo eléctricos uno de cada cinco automóviles nuevos vendidos. Sin embargo, este avance no ha sido homogéneo. En 2023, aproximadamente el 60% de automóviles eléctricos vendidos se registraron en China; seguido por un 25% en Europa y 10% en Estados Unidos; concentrando alrededor del 95% de ventas de vehículos eléctricos a nivel mundial. (IEA, 2024). Esta tendencia positiva en ventas aumentó el parque automotor de vehículos eléctricos a nivel mundial. A 2023, los automóviles eléctricos en circulación superaron los 40 millones, aumentando en 14 millones respecto al año anterior. Sin embargo, similar a la situación anterior, el parque automotor de vehículos eléctricos también se concentra en más del 90% entre China, Europa y Estados Unidos.

A diferencia de lo que sucede en los países desarrollados, las ventas en mercados emergentes y economías en desarrollo como en América Latina y el Caribe (ALC) se encuentran en una etapa inicial. ALC representa el 5.7% de ventas de vehículos a nivel mundial y concentró a penas el 0.45% de la venta mundial de autos eléctricos en el 2022 (Michelena, Iannuzzi, & Barafani, 2023). Más aún, la venta de estos vehículos representó menos del 4% respecto a la venta regional de nuevos vehículos en el mismo año (IEA, 2024).

Similar a la región, la electromovilidad en el Perú es aún incipiente. Según la Asociación Automotriz del Perú (AAP), en el 2023, la venta de coches eléctricos aumentó en 67% respecto al año anterior, alcanzando cerca de 4.5 mil unidades comercializadas [2] . Esta cifra, sin embargo, representó menos del 3% de las ventas totales de vehículos nuevos en el Perú (AAP, 2023).

Ahora bien, ¿es la electromovilidad la única solución para la reducción de las emisiones de GEI en el sector transporte? En el caso peruano, existe una alternativa a considerar, el gas natural (GN). Si bien este recurso es un combustible fósil, resulta menos contaminante que los tradicionales.  Un estudio de Osirnergmin señala que, el Gas Natural Vehicular (GNV) evitó la emisión de 13.4 millones de toneladas de CO2 entre el 2006 y 2019, lo que representa cerca de 34% menos emisiones respecto a lo estimado en un escenario sin GNV (40 millones de toneladas de emisiones de CO2) (Minem, 2023). Además, el GN destaca por ser abundante en el Perú. De hecho, el país dispone de amplias reservas de este recurso capaces de abastecer la demanda por al menos 22 años (El Peruano, 2022), lo que lo posiciona como un combustible interesante en la transición energética peruana.

Una ventaja significativa del GN es su precio. De hecho, el costo del GNV es aproximadamente un 65% más bajo que el de los combustibles convencionales como los gasoholes y el diésel. Además, para el año 2023, se estimó que el ahorro derivado del uso de GNV en lugar de combustibles derivados del petróleo alcanzó los S/ 1,537 millones. Más aún, desde su introducción en el mercado, se estima que los ahorros acumulados superan los S/ 22 millones (AAP, 2023). Actualmente, el parque automotor de vehículos a GN ha mantenido un crecimiento importante. Las conversiones acumuladas en el 2023 aumentaron un 14.2% respecto al año anterior; y para marzo de 2024, el total asciende a 475 mil unidades en circulación (Infogas, 2024)

Más allá de las medidas para promover la electromovilidad y el uso del GNV, desde Rumbo Energético creemos que debe existir claridad sobre la política energética que se quiere implementar en el sector transporte. Por ejemplo, actualmente, a la par que se busca promover la electromovilidad, existe la devolución del impuesto selectivo al consumo a los transportistas que utilizan diésel en su actividad diaria. Entonces, ¿cuál es el objetivo? Estas políticas evidencian un mensaje contradictorio sobre el tipo de movilidad que se busca promover. Desde Rumbo Energético consideramos se debe revisar estas contradicciones y definir efectivamente hacia donde debe apuntar la política energética del país.

[1] Los últimos datos disponibles son del 2020. Sin embargo, se consideran los del 2019 debido a que, por pandemia y la consecuente cuarentena, los resultados del 2020 no son representativos de la situación real.

[2] Esta cifra considera vehículos eléctricos de batería y vehículos eléctricos híbridos enchufables.

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