Por Luis Miguel Castilla
La función principal de los organismos reguladores de servicios públicos en el Perú es supervisar, regular y fiscalizar la prestación de servicios públicos esenciales, asegurando que estos sean brindados con calidad, eficiencia, continuidad y a precios justos, protegiendo así los derechos de los usuarios y promoviendo una competencia justa entre las empresas proveedoras. Desde su creación, la trayectoria de los reguladores ha estado marcada por un proceso de fortalecimiento institucional, independencia relativa y un enfoque técnico que ha contribuido a atraer inversiones, especialmente en infraestructura. Así, han brindado marcos regulatorios relativamente estables que reducen la incertidumbre para los inversionistas.
Riesgos de la discrecionalidad regulatoria
Sin embargo, se vienen dando diversos casos de excesiva discrecionalidad en el margen de libertad que tiene un regulador para interpretar y aplicar normas. En un contexto en el que se erosionan los límites entre las leyes y sus reglamentos, las decisiones que adoptan no están suficientemente motivadas y se evidencian casos de arbitrariedad o incluso captura regulatoria, los agentes económicos pueden enfrentar incertidumbre sobre cómo se aplicarán las reglas, lo que desincentiva la inversión, especialmente en sectores intensivos en capital.
Impacto en la inversión en infraestructura de gas natural
Por ejemplo, la falta de predictibilidad y la discrecionalidad con la que muchas veces actúan los reguladores se han convertido en barreras estructurales para el desarrollo sostenido de infraestructura orientada a la masificación del gas natural en el país. En un contexto donde las inversiones requieren horizontes de largo plazo, reglas claras y mecanismos transparentes de recuperación de la inversión, la incertidumbre regulatoria no solo incrementa el riesgo financiero de los proyectos, sino que también distorsiona las señales necesarias para atraer capital privado. La ausencia de un marco estable que garantice el retorno sostenible de las inversiones desalienta la expansión de infraestructura y limita la participación de nuevos actores en el sector.
La urgencia de un marco regulatorio predecible para el gas natural
Esta situación es particularmente preocupante en el caso del gas natural, recurso necesario para impulsar una transición energética ordenada y reducir la dependencia de combustibles más costosos y contaminantes. Para avanzar en una agenda real de masificación, resulta imprescindible construir un entorno normativo predecible, que permita a los inversionistas proyectar sus flujos a largo plazo y comprometer recursos con mayor certidumbre. Se requiere mejorar la evaluación de impacto regulatorio de las medidas impuestas, considerando su impacto en la competencia y en la calidad del servicio. A la par, se requiere mayor racionalidad y proporcionalidad en el accionar de los reguladores para dotar de mayor predictibilidad a las reglas de juego, seguir atrayendo inversiones y dotar de mejores servicios públicos a la población.
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