Por Luis Miguel Castilla.
Durante la última década, la pobreza de Apurímac se redujo en treinta puntos porcentuales, gracias a la entrada en producción de importantes proyectos mineros. Sin embargo, el aporte del sector minero a la economía de la región se ha visto perjudicado por las paralizaciones que ha sufrido el proyecto minero Las Bambas. Como consecuencia, en el primer trimestre del 2023 el PBI regional cayó en un 11.6%, la mayor caída a nivel nacional.
Urge evitar que se vuelva a comprometer la producción minera, no solo por el impacto recesivo que puede causar y el consiguiente aumento de la pobreza, sino porque puede afectar la renta minera que perciben las autoridades regionales y locales y que alimenta el presupuesto público para el cierre de brechas de servicios básicos.
Aquí puedes leer la columna completa de Luis Miguel Castilla en Diario Chaski (Apurímac):
Apurímac es la región que mostró el mayor descenso en los niveles de pobreza monetaria en el país entre los años 2019 y 2022. Más impresionante aún, durante la última década la pobreza se redujo en treinta puntos porcentuales. Estos resultados se atribuyen a la entrada en producción de importantes proyectos mineros. Sin embargo, la última Encuesta Nacional de Hogares revela que los bajos sueldos, el aumento de precios, la falta de empleo, la corrupción, la delincuencia y la falta de apoyo a la agricultura fueron los principales problemas percibidos por los apurimences.
Lo más notorio en este periodo es que “los bajos sueldos/aumento de precios” pasó del quinto al primer lugar de gravedad en la percepción de la población en comparación con el 2021. De hecho, el elevado costo de vida ha minado la percepción de progreso en la región. En julio del 2023, la variación del Índice de Precios al Consumidor en Apurímac fue la novena más alta del país, con un 6%. Afortunadamente, en lo que resta del año la reducción prevista en los principales productos importados augura un alivio para la población. Sin embargo, los ingresos que perciben sus trabajadores permanecen entre los más bajos del Perú. La Encuesta Permanente de Empleo Nacional, presentada por el Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI), revela que Apurímac haya tenido el tercer ingreso promedio más bajo del país, con S/ 1201. Esta situación refleja su elevada tasa de informalidad laboral, de 87.2% frente al promedio nacional de 75%.
El aporte del sector minero a la economía de Apurímac se ha visto perjudicado por las paralizaciones que ha sufrido el proyecto minero Las Bambas producto del deficiente manejo de la conflictividad social y la paralización vivida durante la convulsión política de inicios de año. Es así como durante el primer trimestre del 2023, su PBI cayó en un 11.6%, la mayor caída a nivel nacional.
Urge evitar que se vuelva a comprometer la producción minera, no solo por el impacto recesivo que puede causar y el consiguiente aumento de la pobreza, sino porque se puede ver afectada la renta minera que perciben las autoridades regionales y locales y que alimenta el presupuesto público para el cierre de brechas de servicios básicos.
Cabe recordar que, en lo que va del año, los municipios han recibido canon y regalías mineras por más de S/ 700 millones, y el Gobierno Regional más de S/ 200 millones. Las principales obras cercanas a completar su ejecución física se concentran principalmente en los sectores de riego y transporte. Por otro lado, según el Informe de Obras Paralizadas de la Contraloría más reciente, de junio del 2023, Apurímac tiene una cartera de 104 proyectos paralizados. Es la sexta región con mayor número de paralizaciones, consecuencia de factores como la poca disponibilidad de terrenos, la falta de licencias, procesos de arbitraje en curso, incumplimientos de contratos, entre otros.
Necesitamos asegurar que la minería seguirá desenvolviéndose con normalidad, y propiciar un shock en la gestión pública que permita que Apurímac no solo continúe reduciendo su pobreza monetaria, sino acelere el cierre de las persistentes brechas sociales que aún la aquejan.