Por Luis Miguel Castilla.

Tras participar en la CADE en Urubamba, saco las siguientes conclusiones:

Confianza empresarial

1. Recuperar la confianza empresarial para salir de la recesión no será fácil. Pese a la activa presencia de 8 ministros y el Premier Otárola con discursos dirigidos a especificar el cómo “volver a creer” – lema de la CADE para volver a crecer -, el empresariado está escéptico sobre la consistencia de las medidas adoptadas por el Gobierno. Duda sobre la efectividad de algunas y exige más resultados que promesas al Gobierno. Añadiría la frase “ver para creer” como una que resume el sentimiento empresarial ya que mucho se ha anunciado desde inyección de recursos al destrabe de proyectos, pero la realidad es que la expansión fiscal no ha logrado mitigar la caída del gasto privado y los “anuncios de proyectos” están quedando en buenas intenciones hasta el momento. Se requiere más resultados concretos que mostrar planes sin efectividad o llamados a dejar un “absurdo pesimismo”.

El Niño

2. El Niño sigue siendo el gran factor de riesgo que se cierne sobre la recuperación económica y la reducción de la inflación. Por eso los matices entre las declaraciones de Julio Velarde y Alex Contreras. Mientras que el presidente del BCR se muestra más cauto y es menos categórico en decir que ya lo peor pasó; el ministro de Economía nuevamente podría estar pecando de ingenuo al adelantar como un hecho hitos de recuperación que dependen más de la intensidad del Niño que de ninguna otra cosa.

El Premier

3. El Premier no respondió las inquietudes del empresariado y más bien evitó dar posiciones mucho más claras en materia de reforma laboral, mejoras en la gestión de las entidades subnacionales, el pedido porque retorne la ley de promoción agraria y la situación de Petroperú. Respecto a esto último, si bien dijo que no más salvatajes financieros y comprometerse por enésima vez a la reestructuración de la empresa insolvente, no dijo nada sobre la decisión de darle la administración de pozos petroleros a la estatal en lugar de licitarlos directamente a postores del sector privado como hubiera sido lo lógico.

Reformas pendientes

4. Urge retomar las reformas pendientes. En esto el presidente del BCR fue muy claro en cómo la única alternativa para evitar el estancamiento de la economía. Resaltó dos ámbitos en particular: una reforma laboral para reducir la informalidad y acelerar la implantación de la meritocracia a través de la aplicación de la ley Servir.

Sector privado

5. El sector privado no espera mucho de las autoridades ya que sabe que la situación no cambiará mucho en el corto plazo. Continuarán colaborando en lo que puedan en diversas iniciativas desde OxI hasta comprometerse a una mayor participación en ayudar a gestionar los servicios básicos, incluida la lucha contra la anemia. Sin embargo, requieren de un entorno menos hostil y más conducente para acometer sus inversiones.

Un balance mixto pero realista entrando a la recta final de un año perdido y uno nuevo plagado de riesgos.

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