Por Milton von Hesse
En el contexto actual del Perú, el ministro de Trabajo y Promoción del Empleo, Daniel Maurate, ha expresado la necesidad de incrementar el salario mínimo, aunque condiciona esta acción a un escenario económico propicio. Desde mayo de 2022, el salario mínimo vital se sitúa en 1,025 soles, lo que ha llevado a cuestionar si es el momento adecuado para un nuevo aumento. A pesar de la existencia de salarios mínimos en todo el mundo, su aumento puede tener consecuencias negativas, como el aumento del desempleo, especialmente en pequeñas y medianas empresas, y la elevación de los precios por el incremento de los costos empresariales. El Perú se recupera lentamente de una recesión productiva y experimenta un aumento de la informalidad laboral, lo que sugiere que un alza del salario mínimo podría obstaculizar el crecimiento y la generación de empleos formales.
Lee aquí su columna publicada en Correo (Huancayo):