Por Paola Bustamante
La reciente situación en el Programa Nacional de Alimentación Escolar Qali Warma ha expuesto deficiencias graves en la calidad y transparencia del servicio, en perjuicio de la nutrición de miles de niños en el país. Empresas sin estándares sanitarios mínimos son beneficiadas en los procesos de selección, lo que pone en riesgo la salud de estudiantes de escuelas públicas. Para que Qali Warma cumpla su objetivo son cruciales el compromiso y la vigilancia de todos los actores involucrados: trabajadores del programa, autoridades, proveedores, padres y maestros. El MIDIS debe tomar acciones decisivas, denunciar irregularidades y aplicar sanciones a proveedores que incumplan con los estándares de inocuidad.
Lee aquí su columna publicada en Correo (Huancayo):