Janice Seinfeld
Directora ejecutiva de Videnza Consultores
Para atender adecuadamente a los ciudadanos, los prestadores de servicios en el sector salud deben trabajar de modo articulado.
Esto pasa por armar redes de establecimientos de primer nivel con poblaciones asignadas a cada uno, para cuidar a las personas de modo cercano, accesible y oportuno. No se requiere construir un policlínico en cada barrio, sino fortalecer y gestionar mejor los que ya se tiene. ¿Cómo? Con información para la toma de decisiones que mejoren la capacidad resolutiva de dichos establecimientos y generar complementariedades.
Por ejemplo: se pueden usar los recursos del Ministerio de Salud, los Gobiernos regionales y EsSalud de modo coordinado. Además, contratar los servicios del sector privado que sean necesarios para brindar una oferta integrada desde la perspectiva de los usuarios. Así, los aseguradores públicos —el Seguro Integral de Salud (SIS) y EsSalud son los más relevantes—, comprarían servicios a las Unidades de Gestión de los establecimientos de salud (UGIPRESS), cabezas organizacionales y de gestión de los establecimientos del primer y segundo nivel. Concretamente, adquirirían el paquete de atenciones que corresponde a cada peruano asegurado al año.
Las UGIPRESS serán las responsables de velar por que las redes de establecimientos a su cargo cumplan con el paquete de atenciones ofrecidos. Es decir, el Estado debe valerse de las redes integradas de salud para poder cumplir con lo que ofrece desde los seguros públicos.
¿Qué proponemos?
¿Cómo se vincula este esquema con el aseguramiento de salud público en el Perú? El Estado tiene un plan de beneficios que ofrece a la ciudadanía, llamado PEAS: Plan esencial de aseguramiento en salud. El Ministerio de Salud lo viene actualizando para que cubra el 80% de la carga de enfermedad. Un primer nivel de atención con médicos, trabajo en equipo, servicios de apoyo al diagnóstico, medicamentos y acceso a la historia clínica electrónica permitirá cubrir hasta el 85% de la demanda, y evitaría que el paciente deba ir a un hospital.
Cuando nos enfocamos en resolver los problemas de salud y cumplir con el PEAS, la infraestructura es solo una parte del reto. El mayor déficit está en los profesionales de la salud (en particular médicos) y en su mala distribución en el territorio. Para poder velar por su productividad se requiere de un sistema de información articulado. Planteamos retomar el pago por horas adicionales, de manera que se amplíe el horario de atención en los establecimientos. También sugerimos fortalecer el Servicio Rural y Urbano Marginal (SERUMS) ofreciendo incentivos para los jóvenes profesionales de la salud: que puedan ampliar sus estancias, obtener puntaje adicional para luego postular a plazas laborales en establecimientos públicos, o acceder al residentado.
Toda transición demanda recursos y voluntad política. Ningún planteamiento se logrará sin inversión; pero lo fundamental es que esos recursos se inviertan con eficiencia e integrando un sistema, que hoy está desarticulado, para atender al ciudadano de manera cercana, oportuna y con calidad.