Por Nicolás Besich.
Junto con la corrupción, la delincuencia es uno de los dos principales problemas del país, según el Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI). En el 2022, entre la población de 15 años a más de zonas urbanas, la percepción de inseguridad —entendida como la posibilidad de ser víctima de algún hecho delictivo— era del 85% (más detalles acá).
Para quienes no conocen de estas cifras, pero siguen regularmente las noticias, la preocupación por la delincuencia no debe ser una sorpresa.
Si bien durante la pandemia, debido sobre todo a la cuarentena, disminuyeron algunos de los delitos más comunes como hurto o robo, el regreso a la normalidad de las diferentes actividades económicas y sociales ha producido el incremento de las actividades delictivas. Sin embargo, algo que llama la atención y que debería generar una respuesta estratégica por parte de los responsables del orden público y la seguridad es el marcado repunte de algunos tipos de delito.
Así, según información reportada en el portal Datacrim, entre los delitos que mayor crecimiento tuvieron en términos de denuncias en el 2022 está la extorsión: 155% más denuncias que en el 2021. También, los delitos de falsificación de documentos y estafas, con un crecimiento de 64.3% y 27.7%, respectivamente. De hecho, 2022 fue el año donde más denuncias por estafa se registraron de los últimos 10 años: 24,823. Estos números quedan cortos si se considera que, de acuerdo con el INEI, tan solo el 14% de las víctimas denuncia el delito.
Estos dos tipos de delitos, además de afectar a la ciudadanía en general, impactan directamente en los emprendedores y empresarios. Las represalias cada vez más violentas contra aquellos que se niegan a pagar cupos para poder trabajar atemorizan y disminuyen los emprendimientos y, por ende, la generación de empleo, sobre todo en pequeñas y medianas empresas. El crecimiento de las estafas puede explicarse, parcialmente, por el mayor uso de internet y de plataformas de pago digitales, lo que puede significar un freno a la innovación y crecimiento de estos canales.
Según expertos como Ricardo Valdés, el aumento en la inseguridad responde, entre otros factores, al abandono territorial por parte de las fuerzas del orden. Y este abandono responde, a su vez, a la mala gestión y la altísima rotación de funcionarios en el sector.
Otro factor que impide medidas más efectivas por parte de las autoridades es la falta de denuncia. Como se mencionó, menos de una de cada cinco personas víctimas de un delito denuncian el hecho. Revertir esta situación es una tarea en la que todos podemos y debemos colaborar. Necesitamos romper el círculo vicioso donde la población no denuncia porque lo considera una pérdida de tiempo, cuando justamente la falta de denuncias es una limitante al trabajo de las autoridades.
Finalmente, para el caso de las estafas digitales, el compromiso con la seguridad de sus usuarios de empresas como bancos y operadores telefónicos será determinante para combatirlas.