Por Nicolás Besich.
Durante las últimas semanas se han hecho públicos los resultados de la Evaluación muestral de estudiantes 2022 del Ministerio de Educación (Minedu), que permite conocer cómo han evolucionado los aprendizajes de los estudiantes de educación básica con relación al 2019. También se ha conocido el Informe de indicadores de resultados de los Programas Presupuestales 2022 del Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI) que, entre otros resultados, reporta la incidencia de anemia y desnutrición crónica infantil. Ambos informes contienen data sumamente valiosa y alarmante que, salvo algunas discusiones en Twitter, parecieran estar pasando totalmente desapercibidas. De hecho, una búsqueda en Google de noticias sobre “aprendizajes en Perú” o “anemia en Perú” muestra que la discusión sobre ambos temas ha sido casi nula.
Esto no deja de sorprender porque son indicadores que marcan el futuro del país. ¿Cómo estámos? La anemia en niñas y niños de entre 6 y 36 meses muestra un aumento de casi 3 puntos porcentuales entre los años 2021 y 2022. Se sitúa en 42.4% a nivel nacional y alcanza picos de más de 60% en regiones como Loreto, Huancavelica, Ucayali y Puno. En los aprendizajes, vemos que apenas el 12.7% de estudiantes de segundo de secundaria logra los aprendizajes esperados para dicho grado en matemáticas. Y en 14 regiones, menos de 1 de cada 10 estudiantes consigue los aprendizajes esperados.
Sobre estos indicadores deberían estar discutiendo las autoridades locales y nacionales, los congresistas, la prensa, la sociedad civil y la academia. Anemia persistente y aprendizajes deficientes tendrán impactos permanentes en nuestro desarrollo. Y no estamos dándoles la importancia debida. Por citar solo un caso: genera mucha alarma que la tasa de anemia en Huancavelica haya aumentado en 15 puntos porcentuales desde el 2020 y se sitúe en su punto más alto (65%) desde por lo menos el 2014.
Desde Propuestas del Bicentenario tenemos el compromiso de hacer seguimiento continuo a indicadores clave y de generar incidencia en el debate público sobre estos temas (se puede revisar la evolución de los aprendizajes y de la anemia en nuestro Observatorio del Bicentenario). Por eso, nos comprometemos a seguir contribuyendo a que resultados como estos sean conocidos, difundidos y discutidos no solo a nivel nacional, sino en cada región.
Asimismo, continuaremos aportando con propuestas técnicas, basadas en evidencia y en la experiencia de nuestro equipo. Ejemplo de esto es el trabajo realizado por Paola Bustamante, nuestra directora, en Ayacucho.