Por Luis Miguel Castilla.
Cierra un muy mal año para la economía. Lamentablemente, los resultados no acompañaron a la política económica que intentó de todo por mitigar la sostenida caída del crecimiento del PBI. El MEF no se quedó de brazos cruzados y fue muy proactivo en aprobar un sinfín de programas y medidas, pero sin efectividad hasta la fecha. Es probable que el impacto del impulso fiscal y de las medidas sectoriales para agilizar la inversión privada recién se vea en el 2024 y ayude a la recuperación de la actividad económica con un mayor rezago de lo previsto inicialmente.
Serie de errores
Sin embargo, hubo una serie de errores que lamentablemente restaron “punch” a todo lo aprobado. En primer lugar, se priorizó una receta equivocada para un diagnóstico de caída de las expectativas y la inversión privada: mayor gasto público, sobreestimando la capacidad del Estado de gastar mayores recursos presupuestarios con eficiencia, oportunidad y resultados. Segundo, se pecó de sobreoptimismo respecto de las proyecciones macroeconómicas y se transmitieron mensajes inconsistentes que anularon el golpe positivo a la confianza que se pretendía. Tercero, y quizás lo más complejo, es que el escaso capital político del Gobierno ha sido utilizado para un único móvil: la permanencia en el poder hasta el 2026 (a como dé lugar). Esto ha significado que el Ejecutivo se inhiba de alienar al Congreso o que se compre pleitos que podrían significar potencial conflictividad social.
Recuperación económica
Para el año que empieza, deberá iniciarse un periodo de recuperación económica. La inflación está a la baja, las tasas de interés disminuirán, los shocks climatológicos culminarán. Sin embargo, la debilidad política e institucional persistirá y este es el verdadero talón de Aquiles para una mayor recuperación del bienestar ciudadano. La presidenta podría beneficiarse de un cambio de timón y oxigenar profundamente su equipo ministerial, empezando por el Premier, pero también intentar meter goles y dejar la pasividad que caracteriza su precario liderazgo. Tenemos todo para salir adelante este nuevo año, ojalá así sea para el bien del país. ¡Feliz 2024!
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