Por Luis Miguel Castilla

Equilibrio entre recaudación y reactivación económica

Cualquier cambio tributario que se quiera adoptar para aumentar la recaudación no debe ser a costa de frenar la reactivación económica ni introducir incertidumbre jurídica que afecte las decisiones de gasto e inversión de las familias y empresas peruanas. Se habla de adecuaciones y perfeccionamientos a las normas tributarias, pero esto no debe significar aumentar la carga impositiva de los actuales contribuyentes que cumplen con la ley, sino de aquellos que la rehuyen o están fuera de la legalidad. Recordemos que el tema central que impide aumentar los ingresos tributarios permanentes es el elevado nivel de incumplimiento y aquí deben dirigirse los esfuerzos de la anunciada “reestructuración de SUNAT” anunciada por el MEF. Sin embargo, no debemos olvidar que la medida más efectiva para sanear las cuentas públicas será acelerar la tasa de crecimiento del PBI (sin duda la elevada cotización del cobre ayudará este propósito). Además de encarar los pasivos y riesgos fiscales que pesan sobre el erario nacional (como los generados por el mal manejo de Petroperú) y de tangibilizar una contraprestación de servicios públicos para incentivar que los contribuyentes paguen sus impuestos. Esto resulta clave en un contexto de parálisis estatal y retroceso en el cierre de brechas sociales.

Desafíos políticos frente a las necesidades económicas

El Congreso no está acompañando los esfuerzos de la tecnocracia económica para aumentar el crecimiento o para aprobar reformas que mejoren el bienestar de la población. Los móviles que priman son los populistas o los subalternos que favoren intereses particulares en desmedro del bien colectivo. O se apuestan por recetas que tendrán una efectividad limitada como, por ejemplo, la pensión por consumo que solo tendría un impacto marginal en sostener una pensión mayor para los 20 millones de peruanos. Esto generaría frustración ciudadana ante expectativas incumplidas nuevamente. 6 de cada 10 peruanos son pobres o vulnerables según el INEI. Y luego de los retiros de los fondos de pensiones, 1 de cada 10 peruanos podrán acceder a una pensión en la vejez.

Restricciones políticas y el desafío del crecimiento económico

La debilidad política del Gobierno impone unas restricciones que limitan significativamente el margen de acción del MEF, que se ve obligado a buscar muchas veces el control de daños de iniciativas legales perniciosas. En otras palabras, lo político causa permisividad y complacencia y esto debilita la confianza que tanto se requiere para acelerar el crecimiento de la inversión privada y la generación de empleo. Queda por ver si las propuestas técnicas del MEF lograrán tener eco en la clase política.

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