Por Luis Miguel Castilla
El Congreso de la República interpelará al ministro de Economía, quien deberá responder dos pliegos que cuestionan su gestión respecto al manejo de la crisis de Petroperú (seis preguntas), el debilitamiento de las finanzas públicas, el retroceso en materia de pobreza, la paralización de obras, entre otros (quince preguntas). Así, el actual titular del MEF sería el tercer titular que es sometido a esta prerrogativa legislativa en los últimos veinte años. Contra el MEF solo prosperaron tres mociones de interpelación en el pasado reciente: una contra PPK hace veinte años y dos contra María Antonieta Alva en el 2020 (en plena pandemia). Usualmente, este es un recurso que raramente se usa en el caso del MEF porque introduce incertidumbre en la conducción de la política económica y afecta la percepción de riesgo ante los inversionistas y las agencias calificadoras de riesgo.
Desvirtuación de las sesiones de interpelación
Lamentablemente, en nuestro país las sesiones de interpelación se han convertido en eventos de maltrato innecesario de los interpelados ante preguntas mal sustentadas (o vacías de contenido), insultos proferidos por congresistas o falta de respeto ante la ausencia de parlamentarios en el hemiciclo durante estas sesiones. Se le quita tiempo valioso a las autoridades del Ejecutivo ante sesiones maratónicas que deberían estar ejerciendo su función. Todo esto ha desvirtuado la figura de la interpelación.
Debilitamiento del Ministro de Economía y Finanzas y la subordinación al Congreso
Pese a estos reparos, durante la actual gestión del MEF (y la anterior, para ser más precisos), se ha debilitado la figura del ministro de Economía a niveles no vistos antes. Si bien este debilitamiento viene de tiempo atrás (desde que tenemos gobiernos sin mayoría legislativa), estamos ante un punto agudo que coincide con la precarización del Ejecutivo (que privilegia su permanencia en el poder) y que se ha subordinado ante la prepotencia de un Congreso que legisla a favor de sus intereses individuales y no del bien colectivo. Dicho lo anterior, el ministro Arista debe responder por qué ha sido tan permisivo ante las presiones políticas y no ha ejercido el rol del MEF que da la pelea por defender los fueros de la tecnocracia en el Estado peruano. En algunas ocasiones ni siquiera presenta informes técnicos en las comisiones legislativas ante proyectos de ley cuestionables (e incluso inconstitucionales) en materias de su competencia y tampoco observa autógrafas de ley que van en contra de un manejo tecnocrático que ha sido un pilar de nuestro progreso en las últimas dos décadas. Y mucho menos tiene la voluntad de dar un paso al lado para al menos intentar disciplinar a los políticos de turno.
Coacción del Congreso al Ministro de Economía y Finanzas
Lamentablemente, este cuestionamiento no es motivo de la interpelación, sino una forma de coaccionar al titular del MEF para que ceda ante el aluvión de leyes populistas que aprueba un Congreso absolutamente irresponsable y que no muestra escrúpulos para continuar debilitando nuestra precaria institucionalidad.
Mira aquí su entrevista completa en RPP: