Por Luis Miguel Castilla
Ayer la presidenta hizo un balance de su año y 8 meses de gestión al mando del país, especialmente en materia económica y de seguridad. A nivel macro, el país está mejor que hace un año y se cumplirán los pronósticos oficiales de crecimiento para este año, con una previsión de 3%. Dentro de los factores que explican este desempeño está el repunte de la inversión pública que crece a tasas elevadas. Dejando de lado el rebote estadístico, sí hay mejoras sustantivas en la ejecución, especialmente a nivel regional, lo que responde a un fortalecimiento de la capacidad técnica de unidades ejecutoras y el acompañamiento brindado por el MEF.
Recuperación del consumo privado
Por el lado del consumo privado, el principal factor detrás de la recuperación ha sido el descenso de la inflación y la mejora en la capacidad adquisitiva de las familias peruanas. La responsabilidad de la reducción de la inflación recae exclusivamente en el rol efectivo ejercido por el BCR. Esto está dinamizando sectores como el comercio y los servicios; aunque la capacidad de pago de las MYPE sigue estando mermada y el crédito fluye a menor ritmo por la mayor cautela que ejercen las entidades microfinancieras. El crédito de consumo sí parece estar recuperándose a mayor ritmo. La liberación de los fondos privados de pensiones y de la CTS también ha ayudado a dotar de liquidez a los consumidores formales; aunque esto es un efecto transitorio.
Desafíos en la inversión privada
Las principales omisiones de la presidenta se ubican en su previsión respecto a la inversión privada y el desprolijo manejo de las cuentas públicas. Respecto a lo primero, con excepción del reinicio de Tía María, la culminación del puerto de Chancay y la ampliación del aeropuerto Jorge Chávez, no se han concretado inversiones significativas habiendo múltiples oportunidades en diversos sectores. Este año la inversión privada tendrá un crecimiento exiguo y el año entrante tendrá que enfrentar el inicio del periodo preelectoral. En consecuencia, la mayoría de analistas, incluyendo el FMI, prevé un menor crecimiento del PBI el próximo año.
Problemas en las finanzas públicas
El debilitamiento de las finanzas públicas fue el ausente en la rendición de cuentas presidencial. Las presiones de gasto son enormes y el MEF no tiene la capacidad de frenarlas; incluso el propio Ejecutivo parece querer gastar sin noción de que hay restricciones presupuestarias. Esto erosiona la credibilidad de la política fiscal y dejará un legado de finanzas públicas menoscabadas que requerirán un ajuste posterior. Por ahora nuestra solvencia se mantiene, pero las alertas están encendidas.
Riesgos para la recuperación económica
El Gobierno no puede dormirse en sus laureles y pensar que la recuperación económica está asegurada. Los nubarrones políticos e institucionales, sumados a la ola de criminalidad, pueden abortar este proceso. El paro y el riesgo de mayor convulsión social son síntomas de problemas que no se están atendiendo con la efectividad debida.
Mira aquí su entrevista en RPP: