Por Luis Miguel Castilla

Vale la pena revisar la ley de presupuesto del sector público del 2025, publicada hace un par de días, a la luz de un nuevo fallo emitido por el Tribunal Constitucional (TC), en el que vuelve a ratificar su interpretación respecto a la iniciativa de gasto del Congreso. Es decir, vuelve a sentenciar que cualquier ley aprobada por el Legislativo que genere egresos futuros más allá del año fiscal en curso es compatible con el artículo 79 de la Constitución. Este hecho constituye un riesgo enorme para la salud de las cuentas públicas, ya que valida iniciativas de gasto de congresistas que legislan con móviles particulares y han mostrado poco apego a la disciplina fiscal. Es así como, durante el debate de la ley de presupuesto, diversos congresistas pretendieron incluir demandas adicionales de gasto público por más de S/ 20.000 millones, según palabras del propio ministro de Economía durante su intervención en el pleno. 

Aprobación de disposiciones que incrementan el gasto corriente

Aunque no se logró dicho cometido, sí se aprobó un texto que incluyó 120 disposiciones complementarias finales, en las que se le da cobertura legal al financiamiento de múltiples pedidos por aumentar gasto corriente. Así, se aprobaron nuevas escalas remunerativas, bonificaciones y nombramientos para trabajadores de entidades públicas, desde el Poder Judicial, el magisterio, las Fuerzas Armadas, etc. En algunos casos se desfinanciaron ciertas partidas presupuestarias y en otros se incubarán pedidos que perseguirán al MEF durante la ejecución presupuestaria del año entrante. Caso aparte constituye el incremento de la partida presupuestaria para el propio Congreso de la República, que alcanza S/ 1.400 millones, casi el triple del presupuesto que tenía hace 10 años. Como era de esperar, más de S/ 200 millones serán destinados al pago de incrementos salariales. Todas estas aprobaciones aumentarán el crecimiento del gasto corriente, que se ha disparado en los últimos 5 años, y rigidiza el presupuesto público, haciendo mucho más probable un duro ajuste que vendrá a futuro para sanear las cuentas públicas. 

Principales riesgos fiscales y macroeconómicos a futuro

Tres problemas graves continúan generándose ante la voracidad de los legisladores y la complicidad del Ejecutivo: 

  1. El incremento de presupuesto sin lograr mejorar la calidad de vida de los peruanos incuba una bomba de tiempo social ante el incumplimiento de expectativas de mejoras en el acceso y calidad de servicios básicos para la población. 
  2. La predominancia política sobre la tecnocracia nos puede nuevamente conducir a épocas pasadas en las que se generaron enormes desequilibrios macroeconómicos que afectaron a millones de peruanos. En el más corto plazo, una política fiscal expansiva dificultará la labor del BCR, tal como lo advirtió Julio Velarde en el último CADE. 
  3. Estando a menos de año y medio de las elecciones, es previsible que el desorden fiscal continúe y el incumplimiento recurrente de reglas fiscales ahora sí afecte nuestra calificación crediticia. Peor aún, ya no tenemos un TC que discipline como lo teníamos en el pasado. 

Descubre más detalles en el informe de Videnza Instituto publicado en Gestión: