Por Luis Miguel Castilla
 

La decisión de Donald Trump de imponer aranceles recíprocos a países, incluido Perú, ha generado consecuencias negativas como el colapso de los mercados bursátiles, la depreciación de monedas y la caída de precios de commodities, lo que nos coloca en un escenario similar al de la pandemia. Este conflicto ha desatado una guerra comercial con represalias de potencias como China, aumentando el riesgo de recesión global. A partir de esta semana, las exportaciones peruanas a EE. UU. deberán pagar un 10% de arancel, lo que afectará principalmente productos agroindustriales y minerales. A pesar de ello, el 85% de nuestras exportaciones se destinan a países con acuerdos preferenciales, lo que podría mitigar el impacto. Sin embargo, la desaceleración económica mundial y la posible ralentización de inversiones privadas debido al clima electoral son preocupaciones adicionales. Es crucial que el Perú aproveche esta coyuntura para adelantar reformas que reviertan los retrocesos en competitividad.  

Lee aquí su columna publicada en Correo (Huancayo):