Durante los últimos treinta años el Estado ha tenido un desempeño esquizofrénico. Ha tenido logros importantes en materia macroeconómica, avances tímidos en términos de competitividad y un pobre desempeño en aquellos asuntos que la Constitución le asigna en su artículo 58: promoción del empleo, educación, salud, seguridad, servicios básicos e infraestructura.

Lo anterior es reflejo de la incapacidad de consolidar dos aspectos clave en el desempeño de cualquier Estado: sus instituciones y su servicio civil. La falla de estos dos aspectos genera no tener un norte claro: los objetivos varían dependiendo del funcionario de turno, las políticas no persisten y los resultados nunca llegan.

Por ello, desde Propuestas del Bicentenario se plantean las medidas necesarias para mejorar el desempeño del Estado incidiendo en la institucionalidad y en el servicio civil. Se plantean medidas para mejorar la gestión; no necesariamente para cambiarlo todo. Sólo cuando existe evidencia de que no es posible lograr mejores resultados con las reglas del juego vigentes, se debería analizar la posibilidad de cambiarlas.

Transformación del servicio civil:
Mejora de la gestión de las finanzas públicas para que el Estado pueda ofrecer servicios públicos de calidad:
Mejorar la relación entre los ciudadanos y el Estado a través de la simplificación y eficiencia administrativa, la calidad regulatoria y la transformación digital:

En cada uno de los episodios de ‘Videnza Propone’ dedicados al eje de Gestión pública eficiente para mejores servicios se presentan las líneas de acción y medidas concretas para lograr estos objetivos.