Por Milton von Hesse.
La semana pasada, la Comisión Multisectorial Encargada del Estudio Nacional del Fenómeno El Niño (ENFEN) anunció que había cambiado la calificación de su sistema de alerta de “no activo” a “vigilancia de El Niño Costero”. Esto, en la práctica y de acuerdo a dicha comisión, significa que las condiciones océano-atmosféricas en el extremo del Pacífico ecuatorial oriental recientemente observadas hacen que, en este momento, la probabilidad de ocurrencia de un Niño Costero en los próximos meses sea mayor que la de no ocurrencia.
El Niño Costero, como se recuerda, es una situación en la que la temperatura superficial del mar, sobre todo en el norte del país, excede los promedios históricos registrados. Este calentamiento de las aguas implica mayor evaporación y, por lo tanto, mayores lluvias si se compara con un año “normal”.
En un contexto como el nuestro, donde no existe una cultura de ocupación del territorio que tenga en cuenta la ocurrencia recurrente de fenómenos naturales, la población demanda a las autoridades intervenciones urgentes en materia de descolmatación de ríos y cauces, así como en infraestructura de protección (diques, muros de contención) para evitar los efectos negativos de las inundaciones y deslizamientos como consecuencia de las altas precipitaciones.
Sin embargo, es prácticamente imposible hacer labores de descolmatación, construir muros en los ríos o diques en las quebradas cuando se está en plena temporada de lluvias. La única manera en la que dejaremos de ver esta película cada vez que se aproxima un Fenómeno El Niño o cualquier otro peligro natural predecible o no (como, por ejemplo, sismos de gran magnitud) es incorporando de una vez por todas la gestión de riesgos de desastres de manera permanente en la política pública.
Así, no se permitiría construir viviendas en la franja marginal de los ríos ni en las quebradas inactivas. Tampoco se construirían viviendas en suelo no apto sin licencia de construcción en áreas sísmicas. Y el diseño de proyectos de inversión pública se ejecutaría habiendo incorporado elementos que disminuyan su vulnerabilidad ante la presencia de dichos peligros.