Por Nicolás Besich.

La semana pasada, el Instituto Nacional de Estadística e Informática (INEI) publicó su informe técnico “Perú: evolución de la pobreza monetaria 2011-2022”. Lamentablemente, el informe confirmó las predicciones de expertos sobre el incremento de la pobreza en el Perú debido a una gestión pública ineficiente, un bajo crecimiento económico y una alta inflación. En 2022, más de 9 millones de peruanos, equivalente al 27.5% de la población (1.6 puntos porcentuales más que en 2021), se encontraron en situación de pobreza, incapaces de costear una canasta básica de consumo.

Diferentes expertos han señalado los motivos del incremento y posibles soluciones, resaltando la importancia del crecimiento económico como condición necesaria para reducir la pobreza, así como el impacto negativo de la inflación. También se destaca la necesidad urgente de una gestión pública más eficiente, en contraste con la realidad calamitosa de los últimos años.

En esta columna, basándome en los datos disponibles en el Observatorio del Bicentenario, quiero resaltar algunas cifras sobre la pobreza a nivel regional, las que muestran una dinámica propia en algunos casos.

  • Si bien en Perú el 27.5% de la población estuvo en situación de pobreza en 2022, existen enormes diferencias entre las regiones. Por ejemplo, la pobreza en la región más pobre del país, Cajamarca, alcanzó el 44%, casi nueve veces más que en Ica, la región con menor índice de pobreza (5%).

  • En 2011, Apurímac y Cajamarca tenían niveles de pobreza similares, con un 57% en Apurímac y un 55.8% en Cajamarca. Sin embargo, en 2022, Apurímac logró reducir su porcentaje de pobreza a un 24.7%, por debajo del promedio nacional, mientras que Cajamarca se convirtió en la región más pobre del país.

  • Si bien a nivel nacional, el número de personas en situación de pobreza aumentó, a nivel regional, la pobreza disminuyó en nueve regiones del país, siendo Junín, Huancavelica, Apurímac, Amazonas y Pasco las que registraron una mayor reducción entre 2021 y 2022. Por otro lado, entre las 16 regiones donde la pobreza aumentó, Huánuco experimentó el incremento más significativo, con casi 7 puntos porcentuales, seguido de Madre de Dios (5.9 p.p.), Tumbes (+5.5 p.p.), Ucayali (+5.5 p.p.) y Loreto (+5.2 p.p.).

  • Si bien la pobreza monetaria es un indicador importante para medir el desarrollo en las regiones, siempre debe ser considerado junto con otros indicadores, como el acceso a servicios básico. Resulta sorprendente el caso de Madre de Dios, donde menos del 30% de la población tiene acceso al combo de servicios básicos (agua, saneamiento, electrificación, línea móvil e internet), pero se presenta como la tercera región con menor índice de pobreza (13.6%).

Estos datos son solo una muestra de la evolución de la pobreza monetaria en las regiones del país. Sin duda, requieren un análisis más profundo para identificar las causas y estrategias efectivas para reducir la pobreza en cada región. Estas políticas deben complementar la condición necesaria ya mencionada: el crecimiento económico.