Por Cristián Segovia. 

El Banco Central de Reserva del Perú (BCRP) publicó hace una semana su informe macroeconómico del primer trimestre de 2023, en el cual confirma la caída del 12% de la inversión privada en el país. Esto tiene como consecuencia una caída del PBI. Es decir, el país no alcanzará una tasa de crecimiento como la esperada para este año.

De manera similar a lo especificado por el Ministerio de Economía y Finanzas (MEF), el BCRP atribuye este resultado principalmente a los conflictos sociales. Sin embargo, ambas entidades señalan otros factores económicos de los que poco se ha hablado. Mientras el BCRP indica como factor interno un “menor dinamismo del consumo privado, afectado por la aún elevada inflación”, el MEF señala la existencia “además, de un contexto externo menos favorable por menores perspectivas de crecimiento de nuestros principales socios comerciales”.

Respecto a las proyecciones para este año, el titular del MEF ha indicado que habrá una menor caída de la inversión privada en el segundo trimestre, y que en el tercer y cuarto trimestre ya veremos tasas positivas. Cabe preguntarse por qué, si ya pasaron los meses de conflictos sociales y de lluvias que afectaron, entre otras, a la inversión minera, el MEF anunció que la inversión privada seguirá cayendo para el segundo trimestre del año. Y gran parte de aquello se debe, justamente, a los factores económicos mencionados.

Cuando los economistas explican qué es la inversión privada y cuáles son los beneficios que trae al crecimiento económico, mencionan dos puntos indispensables: los inversionistas necesitan expectativas positivas de la economía para asegurar un mayor retorno de su inversión y, si ello se cumple, requieren poder acceder a créditos de endeudamiento para invertir esos recursos y generar rentabilidad a partir de ellos.

¿Qué factores podrían desalentar la inversión?

Primero, consideremos el consumo. Como bien sabemos, la inflación ha aumentado considerablemente en el Perú en los últimos dos años. Esto reduce el presupuesto de las familias (pues los mismos productos que compraban anteriormente ahora se han vuelto más caros), que comienzan a considerar gastar únicamente en lo esencial, lo que le resta dinamismo al consumo. Para controlar la inflación, el BCRP ha aumentado la tasa de interés referencial de manera continua desde finales de 2021. A inicios de 2022, la tasa referencial de interés era del 3%, pero a finales de ese año aumentó a más del doble (7.5%).

Esta subida afecta la decisión de endeudamiento de dos partes: aquellas familias que pensaban adquirir un producto de gran valor (por ejemplo, una vivienda), postergan esa decisión, pues el pago de altos intereses implica un mayor precio final en su vivienda, y a los inversionistas, quienes prevén que las familias no adquirirán nuevas viviendas (menor demanda) y que, además, sufrirán un menor retorno en su inversión, pues el pago de intereses de la deuda adquirida para invertir en nuevas obras será mayor.

Una forma de captar las expectativas de los inversionistas, que nos permita conocer qué tan alentados están a realizar nuevas inversiones en el país, es mediante la confianza empresarial en la economía nacional. En el Observatorio del Bicentenario puedes conocer la evolución de este indicador, que desde abril de 2021 se ha mantenido, lamentablemente, en un estado de “pesimista”. Esperamos que para la siguiente evaluación se pueda retomar una expectativa positiva de la economía respecto al tercer y cuarto trimestre de este año.

¿Qué sucede si las inversiones provienen de fuente extranjera?

Es decir, de quienes tienen la posibilidad de endeudarse en otros países donde la tasa de interés referencial se haya mantenido estable. Y ahí está el asunto de esta columna. La inflación no ha aumentado solamente en el Perú, ni tampoco el BCRP es el único banco central que ha elevado su tasa de interés referencial.

El contexto económico nacional está sujeto a los movimientos de otros países y sus perspectivas de crecimiento. De hecho, en 2022 Estados Unidos, una de las principales economías del mundo, sufrió una inflación del 8%, lo que llevó a que el Banco de la Reserva Federal de EE.UU subiera la tasa de interés referencial de 0.08% (enero 2022) a 4.33% (diciembre 2022).

En consecuencia, siendo Estados Unidos un socio comercial importante para el Perú, el que su economía tenga menores perspectivas de crecimiento impacta en las inversiones que pueden realizar y, por ende, prefieren esperar a que se reduzcan las tasas de interés para volver a endeudarse y, con ello, invertir, ya sea en el Perú o en cualquier otro país.

¿Como está el panorama de crecimiento económico en Latinoamérica?

Según datos del FMI, en 2023 el Perú tendrá un crecimiento mayor (2.6%) al de Brasil (1%), Chile (-1%), Colombia (2.2%) y México (1.2%). Esto confirma que el contexto económico global ha golpeado fuertemente a otras economías de la región.

En definitiva, si bien los factores internos influyeron en la grave caída de la inversión privada en el primer trimestre de 2023, es importante recordar que estamos en un contexto de bajo crecimiento y alta inflación a nivel global. Se espera que la inversión privada siga disminuyendo en el segundo trimestre de este año. Esto no quiere decir que el Perú no pueda implementar medidas para reactivar la economía.

En ese sentido, es positiva la presencia del ministro de Economía y Finanzas, Alex Contreras, junto con el presidente del BCRP, Julio Velarde, quienes esta semana han sostenido conversaciones con inversionistas norteamericanos para atraerlos al Perú. Es fundamental transmitir la estabilidad económica del país frente al contexto global, y las posibilidades de inversión y crecimiento que ofrece.