Por Luis Miguel Castilla.
En estas Fiestas Patrias no tenemos mucho que celebrar. Una economía que no crece, el aumento de la pobreza, la precarización del mercado laboral, la disfuncionalidad del Estado y una frágil gobernabilidad que depende de la convivencia de posiciones ideológicas extremas. La población está agobiada por el crimen y la inseguridad y rechaza el flagelo de la corrupción que sigue enquistada en nuestra sociedad.
“Hay tal grado de rechazo hacia la clase política entre la ciudadanía que propicia una indiferencia inusual, o sentido de resignación, al sentir que está atrapada en un mal equilibrio sin ninguna salida aparente en el corto plazo.”
Quizás el caso más ilustrativo del momento que vivimos sea lo que ocurre con la salud pública. No parece que se hubiese vivido una pandemia atroz en el país para gatillar los cambios necesarios que aseguren una adecuada prestación de servicios de salud a millones de peruanos.
Dicho todo lo anterior, no es que no sepamos qué se requiere hacer para salir de esta penosa situación. Es evidente que sin una institucionalidad que se transforme, estamos condenados al retroceso. Para recuperar los años perdidos, Videnza Instituto ha agrupado a connotados especialistas para plantear propuestas para dar un cambio de timón de la actual coyuntura y ha publicado “Propuestas del Bicentenario: rutas para el desarrollo institucional”, libro que será presentado en el auditorio Crownwell Jara de la FIL el próximo martes 1 de agosto a las 8pm.
Identificamos tres ámbitos de reformas transversales que son impostergables para poner al Estado al servicio del ciudadano: lucha contra la corrupción, reforma política y meritocracia. A esto se suman intervenciones que replantean la descentralización y aceleren la transformación digital. Así reformas institucionales en sectores tan sensibles para la población como salud, educación, agua y saneamiento y seguridad ciudadana tendrán mayor éxito si se aplican con diligencia y sentido de urgencia.
“Verdaderamente se espera poco del mensaje presidencial por Fiestas Patrias. No obstante, de delinear un norte claro que aborde las temáticas antes mencionadas nos daríamos por bien servidos y sería una muy grata sorpresa.”
Nuestro país requiere cambios con urgencia que solo un liderazgo de verdad pueda aplicarlos. Hay consenso en qué requiere el Perú, pero menos acuerdos entre políticos en cómo hacerlo. Y menos no se percibe el sentido de urgencia en las autoridades que tenemos.
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