Por Paola Bustamante. 

En el Perú, la pobreza está afectando gravemente a la población, especialmente a los niños. En 2022, el 27,5% de los peruanos vivía en situación de pobreza, y se pronostica que está cifra sigue en aumento. Esta realidad limita el acceso a necesidades básicas como alimentación, salud y nutrición adecuadas, lo que impacta en el desarrollo cognitivo y neuronal de los menores. En Junín, la situación es crítica, ya que el 15,2% de los niños menores de cinco años sufre de desnutrición crónica y el 49,2% de anemia. Es esencial garantizar que los niños menores de 12 meses reciban controles de crecimiento y desarrollo, así como vacunación completa, para asegurar su bienestar. Involucrar a padres, Gobierno, sociedad civil y sector privado es crucial para revertir esta situación y asegurar un futuro mejor para los más pequeños. 

Lee aquí su columna publicada en Correo (Huancayo):