Por Nicolás Besich. 

Tras la pandemia y el cierre de escuelas por casi dos años, en Perú pareciera que hemos aprendido la lección incorrecta. Ante cualquier evento que pone o puede poner en riesgo a los estudiantes, cerramos las escuelas y pasamos a la modalidad a distancia. Lo peor de esto es que los cierres se dan sin importar si existe o no evidencia de que sea la mejor opción. Pareciera que en nuestro país algunas autoridades aún no comprenden que si algo nos debió enseñar la pandemia en cuanto a educación es lo fundamental que resulta la presencialidad.

Piura vive hoy una emergencia sanitaria por los altos contagios de dengue. Según un reporte de la Defensoría del Pueblo, hasta el 31 de mayo se registraban 34,252 casos, que representan casi un tercio del total a nivel nacional. De ellos, aproximadamente 10,000 se dieron en población entre los 0 y 17 años. La Dirección Regional de Educación de Piura ha dispuesto el cierre de todas las instituciones educativas públicas y privadas desde el martes 6 de junio hasta el viernes 9. Esto con el fin de “garantizar la salud y bienestar de los agentes educativos”.

¿El cierre de escuelas prevendrá el contagio del dengue?

Ante esta situación, lo primero que se debe decir es que el que las niñas, niños y jóvenes no asistan a las escuelas difícilmente prevendrá el contagio de dengue. Preguntémonos: ¿los estudiantes se quedarán esos cuatro días encerrados en sus casas o saldrán a jugar a calles, parques y demás sitios públicos? Sin evidencia científica que lo respalde, el cierre de escuelas para prevenir contagios de dengue es injustificado. Peor aún si conocemos ya el impacto negativo que esta medida tiene en los aprendizajes y en la salud emocional de los estudiantes.

En segundo lugar, dentro de lo malo de esta decisión se debe saludar que sea temporal y con fecha de reapertura fija: lunes 12 de junio. Las madres y padres de familia, y los piuranos en general, deben exigir a sus autoridades que este cierre no se prorrogue por más días. Asimismo, deben velar por que los días en que los colegios permanezcan cerrados efectivamente se realicen las labores de limpieza, fumigación y demás acciones orientadas a prevenir el contagio.

Resulta relevante revisar un estudio de 2007 en México. En el estado de Colima se implementó un masivo programa de capacitación a los conserjes escolares para localizar y evitar los criaderos de mosquitos, con el objetivo de mantener las escuelas libres de estos. El resultado fue que la incidencia de dengue disminuyó en 45% respecto del año previo, mientras que en el resto de México la incidencia aumentó en 81%.

Esperemos que en Piura este cierre de escuelas por cuatro días sea utilizado efectivamente para garantizar espacios seguros y libres de zancudo Aedes Aegypti (la discusión sobre el porqué estas acciones de prevención no se realizaron oportunamente la dejaremos para otro espacio). Caso contrario, el cierre será solamente un golpe más a la educación, en especial a la de aquellos más vulnerables y con menor conectividad.