Por Luis Miguel Castilla. 

Pese a todos los desafíos que enfrenta el país en múltiples campos (debilitamiento de la democracia, crisis política constante, degradación institucional, Estado disfuncional y opaco, por solo citar unos cuantos), no podemos subestimar la importancia que tiene la estabilidad macroeconómica y los logros obtenidos en los últimos años. Gracias a contar con un banco central autónomo del poder político y absolutamente meritocrático, el Perú aventaja a muchos países respecto a la estabilidad de precios que mantiene y a la capacidad de lidiar con shocks externos a los que recurrentemente estamos expuestos.  

Indicadores positivos y fortaleza monetaria:

Hoy ya la inflación regresó al rango meta del BCR y la tasa de interés de referencia de la autoridad monetaria es la más baja de toda la región. El tipo de cambio fluctúa reflejando diferenciales de tasas de interés entre las economías emergentes y las industrializadas; sin embargo, el sol es una de las monedas más estables del mundo. La importancia de esta estabilidad radica en la capacidad de mantener la capacidad adquisitiva de los consumidores y la estructura de costos empresariales relativamente bajo control. Estas son enormes ventajas frente a otros países que luchan por la estabilidad sin éxito hasta la fecha.  

Contraste con Argentina y desafíos de Javier Milei:

Argentina es un país que, pese a tener una gran riqueza en materia de recursos naturales, una institucionalidad mucho más desarrollada, capital humano de primer mundo, etc., no ha logrado mantener una estabilidad de precios, condición indispensable para el desarrollo. Milei está teniendo muchas dificultades políticas para poder reformar la economía de su país, siendo la máxima prioridad estabilizarla y recobrar la solvencia y sostenibilidad de sus finanzas públicas. Para los argentinos, el Perú sigue siendo un milagro económico, opinión que para el resto de los peruanos parece no reflejar la dura realidad en otros frentes. Sin embargo, lo que sí tenemos es una macroeconomía ordenada y estable y debemos preservar esa fortaleza a como dé lugar. No podemos tomarla por un hecho, porque la experiencia muestra que incluso las economías más estables cambian si caen en manos de políticos irresponsables. El BCR tiene protección constitucional, pero el populismo puede hacer grandes estragos, incluido deteriorar ámbitos que pensábamos tener bajo control. Hay conciencia de contar con esta estabilidad y consenso mayoritario de su importancia. Igual no perdamos de perspectiva nuestra fortaleza y acordémonos que lo que Argentina vive hoy ya lo superamos hace 30 años. 

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